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Mostrando las entradas de febrero, 2011

Y entonces...

Quise ser el gigante del cuento y soy la sombra del precipicio, que contempla la montaña añora la esperanza de la brisa... que sueña ser parte del mar. Opté por ser el grito de revolución y soy el murmullo de un garabato queriendo ser un sueño envidiando ser el lienzo... que hace parte de alguien más. Quise ser inmortal... y sólo puedo ser humano que vive con la muerte, venera a las estrellas... que son tan finitas... como nosotros mismos.

Voraz

Soy el recuerdo enredado en tu cabello que se mezcla con el viento... con el que juegan tus manos. Quizás tu inconsciente del presente una mistura de promesas... de ilusiones aletargadas. Fui la ansias de tu cuerpo, de la sal de tus labios... el sonroso de tu piel. Seré el misterio de tus tristezas las razones del olvido... el infinito sin paz.

Preguntas Inocentes

-Tú crees que me gustas? ... pregunto y sonrío. Con seria mueca me respondes: - Eres todo un desafío. Acaso te dije cobarde y no comprendiste? acaso pregunté: te gusto?... con oculta intención? acaso, fui un acaso en la circunstancia... acaso preguntas para retar mi inquietud? No creo nada de lo que dices... pero reaccionas cual manso amanecer que destella sucesos con firmeza y regala incógnitas para el caminar. Ese soy yo... esa eres tu... los mismos que callan y caminan que sonríen y cuestionan los verbos humanos los sujetos detrás de la acción.

Cobarde Intención

Quizás la diferencia sea sólo una palabra... una pregunta que solté sin sentido... una mirada que ocultó mi nombre, una distancia, más corta... entre tu y yo. Y ser siempre la esencia e instinto, de sigilosas ideas que mis labios saben callar... que tu sonrisa convierte en seria mirada, que mis palabras enredan al azar. Quizás y sea un simple cobarde que no logra hacer todo lo que dice... y aunque mis preguntas sean dardos de fuego, mis intenciones son presas del pánico... y la poca fe. La diferencia reside en lo que pretendo y lo que ocultas como baja intención... Si ser cobarde es sólo un pretexto, moriré en la libertad del intento de la buenaventura... que vaticiné.

Razones

Una verdad contada casi al oído... ideas de un muerto en mi cabeza, tus palabras venciendo mi sexto sentido tus ojos... motivando mis sentencias. Y es que cuando la soberbia se viste de blanco ciega con la luz que se desprende del yerro... y en cambio tú, vanidosa de encanto le entregas a mi ego el destierro. Cuanto más necesito de tus palabras y cuanto más del mirar atento... de cada cosa que describes cuando hablas de tus ideas sobre el alma de un muerto. Que puede deparar el camino cuando se camina, a veces ciego, en la guerra... que puede deparar el destino... si tus palabras... me devuelven a la tierra.