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Mostrando las entradas con la etiqueta verdad

Figuras inicuas

Triángulos amorosos cuadriláteros de lucha, círculos viciosos... corazones que no escuchan. Elipses excéntricos parábolas como acertijos vértices caprichosos amores desprolijos. Paralelos en desventaja hipérboles que envuelven bisectrices que no se presagian espacios que convergen. Espirales de mentiras rectas como abismos personas con aristas elementos de cinismo. Escaleno a la espera incentro de los implicados segmentos de quimeras resultante... damnificados

Promoviendo tu fe.

Te he dicho ya que la locura extrema el pensamiento que las cosas no son como deben, si no como son; la imperfecta idea de un sueño que es mentira de un cristal que opaca la luz de tu verdad de tus pasos ¡de tu adiós! Como no atreverme a cazar mariposas frente al sol como no atreverme a renunciar mil veces más si mi renuncia es la que promueve tu fe... y tu camino ¡y tu adiós! No sigas... gritas como un duende en deseperacion; pero sabes que estos ríos son cascadas de ilusiones de coartadas mal habidas entre sombras entre gestos que disimulan destellos de piedad. Y callo porque me lo pides con obsesión de asesina y porque esa misma fuerza es tu promesa... y tu reto y tu advertencia ¡y tu adiós!

Treta

Lo nuestro no tiene destino... es un lazo de locuras sin cabos para atar sin hoyuelos satinados ni medios blindados es solo una fuerte atadura que se generan del soñar. Lo nuestro no es nuestro, tampoco... lo será de nadie más, es como una simple cornisa que bordea la locura con prisa y doblega... nuestra voluntad. Lo nuestro no tiene sentido acaso no callamos acaso no sentimos... esto es una quimera que desgobierna lo entendido. Lo nuestro... es nuestro, lo nuestro no tiene final... y esto que llamo aquello es una confusión de la necesidad.

Insania

Y entonces despierto ante esta mañana que me causa delirio, que me antoja un sarcasmo, me arroja dos padre nuestro... ¡y un ave maría! Camino por el tiempo, pues las calles son las mismas pero los minutos cambian, cada segundo... hasta morir... y renacer cada hora. Asumo el drama de la libertad, de lo iluso de la existencia. Cada segundo castigándome recordándome que ya es tarde cual conejo presuroso de llegar. Respiro y pretendo la noche, recuerdo que ayer el hoy era un sueño que mañana es otra pesadilla y que las pretensiones de revolución se fermentan mejor en clandestino. ¡cual verso! Y entonces me acuesto recojo mis ideas y despropósitos; Me libero del tiempo y del camino, doblo las rodillas, recojo las piernas imaginando que mañana... volveré a nacer.