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Mostrando las entradas de abril, 2011

Prólogo a los sueños II

Preludio de infinitos versos epílogo de intensos vacíos. (I) Junio de muerte JL en Cerro Monserrate - Bogotá Febrero de entrega hoy hace un año una Colombia en espera. La muerte pasó por mi alma; palabras esteparias cotraveniendo el día; El domingo de gloria daba paso a la muerte en la cruz del adiós. Un abrazo con la lluvia de abril, un amor con trazas de ayer los besos que en el templo murieron son ahora esquirlas del odio... y de la clavos del error. El lunes fue la resurreción del ocaso, mi suspicacias y reticencias predecían  un mientras... mis labios, mientras te besaban, gritaban un adiós, un ¡nunca más! Y mis pasos llegaron hasta tu abismo... perfecto; cuestionaron la entrega y me volví... para soñar y re-construir el mañana.

La luna de día!

La luna de día, mientras camino medita la tierra... guarda secretos. La luna de día contempla montañas esconde su equinoccio... predice la noche. La luna de día sonríe a su sombra encarece su historia... provoca su sol. La luna de día, ahh la luna de día inspira un poema... me hace soñar.

Conversación entre semi-dioses

Mezcla de sueños con pasos firmes, ideas de ilusión y fuerza, palabras con firmeza de conciencia. Tu silencio inunda el escenario cuando un poeta te describe; tus silencios gritan, dicen, sienten... la verdad que ignoras y que por el mundo olvidaste en el presente. Quieres que sea más preciso... y ¡no lo sé! sonríes y describes tus procesos; ironía entre lo casual y simple de tus gestos sonríes y lo confiesas... ha sido tu silencio y dos sonrisas; -ya voy por la tercera- me precisas. Y debo escribir sobre este encuentro... entonces sonríes diferente, por vez cuarta; fueron tres espontáneas y alegres... la última combina profundidad y calma. - Y ¿cómo logras descripción tan precisa?- - Soy poeta, me permito la imaginación y el ensueño- - Lo sé, lo sé, era una pregunta fantasma- ¡las explicaciones no hacen falta!

Y Certidumbre

Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. - F. García Lorca - Por ir desarmado de inocencia no pregunté a donde me llevaría el camino, y por querer improvisar un momento, Desnudo, de Wladislav Pokowinsky impusimos un adiós con desatinos. Y cual zafio gitano me dediqué a la conquista, con actos de locura y convicción, olvidando que en la noche de santiago se abandonan las riendas... con poca razón. Pura de ganas y lista para el arrebato entregada al silencio estaba, su cordura llenaba de besos las almohadas; callando momentos... de poco recato. Y callo las cosas que debo callar pues la mañana ya contó su propia historia; y de las cosa que debo pensar... ella se encarga de martirizarse sola. Pero soy quién debo ser... ser quien el capricho del tiempo ha decidido; sonrío, pues ante su silencio y al amanecer, me complace... convertirme en el olvido. (...) y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando

Descripción de Mi - Graciela Lindon

Bohemio, soñador, poeta. Ave Fenix que resurges en cada letras que tus manos vierten sobre el afiebrado papel de tu destino. La vida en sus mil formas diferentes en el raudo caminar de la palabra es el elixir perfecto, que da calma... Graciela Lindon - Poeta Argentina Gracias! me quedo sonando: " El raudo caminar de la palabra  el elixir perfecto, que da calma " No supe como titularlo, pero soñé e imaginé (quise que así sea) que hablaba de mí! JL

Trance

No he podido mudar de piel, el tiempo y el viento no saben curtir... como la sal. Jerry Lynch Moriré... te dije: sé morir, callar y sonreír... más no olvidar. Moriré... fui directo al adiós, al final y al fin... pero no al jamás. Moriré... te di un beso, una mirada y una canción... mi sonrisa se hace esperar. Moriré... te dije ¡sé morir!, callar y sonreír... también resucitar.

Insania

Y entonces despierto ante esta mañana que me causa delirio, que me antoja un sarcasmo, me arroja dos padre nuestro... ¡y un ave maría! Camino por el tiempo, pues las calles son las mismas pero los minutos cambian, cada segundo... hasta morir... y renacer cada hora. Asumo el drama de la libertad, de lo iluso de la existencia. Cada segundo castigándome recordándome que ya es tarde cual conejo presuroso de llegar. Respiro y pretendo la noche, recuerdo que ayer el hoy era un sueño que mañana es otra pesadilla y que las pretensiones de revolución se fermentan mejor en clandestino. ¡cual verso! Y entonces me acuesto recojo mis ideas y despropósitos; Me libero del tiempo y del camino, doblo las rodillas, recojo las piernas imaginando que mañana... volveré a nacer.

Chica Fantasma

No puedo... ni el poder de semidiós. lo logrará. En definitiva... ¡No es verdad lo que nos pasó! y quizás... arruino el quizás. Encojo los hombros por las calles niego con la cabeza, te miro a los ojos canto una canción. Entonces comprendo tus sombras mis manos conservan tu forma tu aroma se conserva intacto tanto, casi, como el adiós. No deseo tu odio. Quizás mi olvido te convierta en tu imaginación cual fantasma. Entonces la ira me invade las ideas no se detienen hay bestias devorando las horas y quimeras dando paso atrás. Resultas... más difícil que una idea olvidada que una "iluza" sensación... que un adiós antes dado. Entonces... asumo la libertad del viento el error de la realidad... la historia del futuro.

Querencia de ti - Luis Eduardo Aute

Qué duro quererte así, contigo pero sin ti, amando tu cuerpo pero tú a años luz de mí. No quiero saber por qué, para qué arriesgarme a que me respondas: "no lo sé"... Prefiero sospecharle en otros brazos y partirme en mil pedazos a seguir muerto de pie. Cómo romper con tu indiferencia, cómo vencer esta mala querencia por ti, carencia de ti... querencia por ti... Te miro pero no estás, ni veo un puñal detrás, dispuesto a asestarme el golpe de un "nunca jamás" Tu tibio dejarte hacer no es más que una forma lenta de desaparecer... una manera de emprender la huida a través de este suicida simulacro de placer. Si te adivinara un "no", sería que algo pasó cualquier tontería, incluso un crimen, qué sé yo... Y así sería capaz de poner fin a la guerra infinita de esta paz... Qué duro ver el rostro de la muerte cada vez que intento verte más allá de tu antifaz

Al Alba - Luis Eduardo Aute

Si te dijera, amor mío, que temo a la madrugada, no sé qué estrellas son éstas que hieren como amenazas ni sé qué sangra la luna al filo de su guadaña. Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga, quiero que no me abandones, amor mío, al alba, al alba, al alba. Los hijos que no tuvimos se esconden en las cloacas, comen las últimas flores, parece que adivinaran que el día que se avecina viene con hambre atrasada. Miles de buitres callados van extendiendo sus alas, no te destroza, amor mío, esta silenciosa danza, maldito baile de muertos, pólvora de la mañana

Pecado Venial

Me he perdido en el detalle de tu cintura, de tu mirada, de tus besos, de tus facciones... He resucitado de tu cordura ¡Muerto al amanecer! Me alcanzaron tus demonios como presagios, como preguntas, como mentiras, como realidad... Me he redimido de tu ternura ¡Besos por doquier! Me allanaron las cadencias de tus labios, de tus palabras, de tus ideas, de tu decisión... Lo correcto es una locura ¡Quién te lo hace entender! Me he encontrado en el refugio de mis manos, de mis arrebatos, de mis silencios, de mi adiós... Un pecado no se cura ¡Tampoco lo juzga Dios!

Del olvido

Dibujas adioses con color de ideas; delirios con miradas, pincelando el azar. Mantienes a dieta el sueño de quimeras; sojuzgando tus manos, que saben acariciar. Hablas del quizás como si fuera una jaula te refieres al mañana como un simple tal vez; confieso que de tantas jaulas he sido preso que prefiero siempre el mañana... que el ayer. Fomentas olvidos que callen los cuentos de magia, que esperas bendiga el adiós a los hechizos; del mismo olvido que no se entrega ni se presagia Del olvido que me atrevo... si es preciso. Entonces te digo adiós y te entrego el olvido, no pretendo ser el desvío de un tren a toda bulla; y aunque aún no comprenda porque lo decido te entrego mis armas... para que las destruyas.

Injustificado Quizás

Sabes... algunas mañanas te odio, casi sin razón... casi sin sentido... Me laten las ideas en las manos me pulsan los nervios las decisiones; atiborrado de compulsiones por ti vacío de excesos del pasado. Entonces pienso en tu mirada y cual bardo sulfurado por las letras... canto, exhalo, grito el amanecer de mi idea supongo hechizos de tus ojos. Repaso mi odio que tildas de "injusto" recuento sin razones sobre la realidad y entiendo que a veces mi odio, es quizás y sólo... un simple quizás... Algunas mañanas... recuerdo tus gestos y tu indecisión entonces entiendo que puedo odiarte, asistido por incoherencias... y la pretensión.

Inconcluso

Ya no tiene sentido que el vino sepa a pecado... al final de tiempo vivido y de los besos que me haz dado. No hay forma gritaron los ángeles, desprendiéndose de sus alas de cinismo; hoy el amor se vive con sangre y cada historia nueva, sigue siendo lo mismo. No puedo pregonar que estoy satisfecho ni puedo cortar caminos prolongados... sólo esperar que se esfume el vino del lecho venerar cada uno... de los actos consumados.

Resumen de esta idea.

He renunciado al abismo de la rutina, a la calle de un sentido sin sentido. He decidido el precipicio de las decisiones, la calle de doble cruce que permite vuelta en U. Despertaré los buenos días de mis sábanas y mis plegarias serán por convicción; Será un nuevo reto cada mañana caminos largos y cortos esperando con ambición. Seré un confeso y férreo testigo del camino y al volver la vista atrás... contemplaré aquellas sendas del pasado que me han caminado y no se han de volver a pisar.

Recorriendo el espiral

Sí... Tus labios debieran ser míos, pero lo correcto es renunciar; Aunque tus gestos se mantienen ambiguos... con sutiles mensajes queriéndome alentar. Tu sonrisa que se mantiene en pie mis escasos motivos enviados al azar: son dos rivales llevados por el misterio como dos fantasmas buscando infinidad. Y mis canciones latiendo sobre mi aura mi cúmulo de sinrazones para morir. Las palabras precisas que gritan: ¡canta! las incorrectas ideas que me hacen seguir. Pero le perteneces a tus dudas, quizás... tan sólo... perteneces a tus miedos. Le perteneces a tu almohada blanca, a tu deslucida fuerza de abandonar castillos y atreverte a navegar. Y quizás sólo existe el constante presente con deudas pactadas antes del  ayer; confusas revoluciones que abandonan las armas ante el silente e impreciso mañana del rival. No... No es lo correcto detenerme ahora, siendo mi único cómplice... el vacío. Declino a la cobardía de un incierto, y a cada segundo que viene y pasa. Sí... tus labios debi