Tuerto, rey de ciegos.

"Tener fe  significa  no querer saber la verdad." F. Nietzsche Y si comenzamos la historia... la misma que data del principio del tiempo la que te enreda en liturgias coptas que nos ha impulsado a llegar el presente de tus canciones que intenta amoldarse a tu sonrisa de tonos celta, la que estigmatiza mi observación... obstruye mi pecado. Si no fuéramos las mascaras del edén seríamos manzana, árbol, semilla... huerto de cicatrices satisfechas. Si no fuéramos... seríamos esas intenciones que se esconden en tus manos la sombra que perpetra tus piernas esa furia que aprieta tus labios contra la ansias, aún en contra de todos mis soledades, y odios, y locura. Y si en medio de la madrugada cambiamos el ritmo de la palabras si nos convertimos en el incienso o el humo del mismo; cambiarían tus cuotas de miradas paralelas, me dejarías entrar en el humo rosado de las dudas entre las sombras que se cobijan en lo absurdo, a través de la

“Tiempo, es la medida del movimiento, entre dos instantes.” - Aristóteles -   I - Pasado Y cuando el pasado comprenda que no existe eso que fuimos juntos,  no será la misma plegaria. Y cuando el futuro sea el mismo de siempre, este incierto que te supera,  no será un atajo ni desvío. Y si la esperanza de enigmas clama ensueño, si convertirnos en olvido y se vuelve perfecto. donde existe un presente... cobijando sonrisas. II - Futuro Cuando el futuro comprenda al camino y el augurio afiance puentes sobre los abismos, esta locura que implica infiernos son el placer de un tiempo imperfecto. III - Efímero Entre un momento y el instante el tiempo marcado por un café de media tarde somos el espacio que habita en secreto la fruición efímera la condición de incógnita el karma que no te pertenece... - Continuará -

Yo conozco el cielo desde el día que arriesgué mi sueño desde el día que morí por mi vida desde cuando susurré mi perdón. Yo conozco el infierno... el orgullo vano de ser anhelo con el misterio amarillo del futuro. Re conozco las llamas del abismo entre las sombras de otros cuerpos cuando envilecen mis ojos el silencio con el disfraz de luz irreverente en el desierto encasillado de ardiente y hasta en el rostro de lerdo balbaucear. Yo te conozco... y sé por donde acecha tú mirada por donde apunta tu camino entiendo tú adorno de inevitable y hasta el faz de sino proyectado ante mi. Pero... Yo conozco el cielo y el infierno tus pasos y mi pensar entiendo que no existe el tiempo y entonces... y solo entonces... sonrio... tú venciste x la fuerza yo sobrevivo por la razón.

La muerte se ha cruzado en mi memoria, mientras la ceguera contempla el vacío el incierto que mezcla mi vaso y tú... y yo... no le haces bien a mis manos. Conjeturas que lista sus verdades el presente contando el futuro. Cuando te rendirás... subconsciente infinito. La afirmación se inhibe del caso y el perdón concuerda conmigo... como voy a perdonar si sigo siendo el mismo niño cogiendo tú mano.