Tuerto, rey de ciegos.

Dices que el desconsuelo. digo que la mentira... creemos que el corazón, obviamos que la rutina. Sueñas que la ilusión, sueño que el camino... buscamos la razón, conseguimos el olvido. Piensas que el amor, pienso que la vida... cuando solo es pasión, sonríe triste el homicida.

Mientes... de la misma manera que tus ideas que tus piernas y gestos... Sin pretextos ni excusas, un gemir da silencio a la verdad. No es mentira que tu mientas no es ilusión que exagere sombras como muescas... delirios si tú prefieres. Mientes... con cada indicio de sonrisa en tu ironía y contradicción en el intento de ser mártir y la soberbia de tu indignación. No es verdad que seas otra no es ilusión esta realidad. Quizás, colmo de la exageración llamar amor... a la necesidad.

Yo necesito... que ella sea de humo y su vanidad un retorno a babel; que mis habilidades, de las que presumo sean tinta que moja el papel. Yo necesito... que el pecado sea divino y la penitencia se convierta en sal; que mis complejos sin camino sean puertos para acallar. Yo necesito... quizás un poco de ti y quizás un poco del jamás; que mis rumores sean veredicto dictadas con cadencia y sin dudar.

Te he visto amanecer disimulando una sonrisa tus ojos cerrados invocando a la realidad, con una mueca que se atisba desde el extremo opuesto y un te amo que regla al silencio Te he visto querer que no sea sueño guardar pretextos para no ser feliz ser la misma sin saber quién eres ser tú, la misma de hace tanto y de hoy. Te veo cargada de ideas que rebalsan tus manos de ambiciones con excusas y un sueño por soñar... Te veo al otro extremo de la cama con los ojos cerrados como si soñaras reglando al silencio con tu rumor dándome un beso al amanecer y una sonrisa... y un mañana... ¿Qué día es hoy?