Yo conozco el cielo desde el día que arriesgué mi sueño desde el día que morí por mi vida desde cuando susurré mi perdón. Yo conozco el infierno... el orgullo vano de ser anhelo con el misterio amarillo del futuro. Re conozco las llamas del abismo entre las sombras de otros cuerpos cuando envilecen mis ojos el silencio con el disfraz de luz irreverente en el desierto encasillado de ardiente y hasta en el rostro de lerdo balbaucear. Yo te conozco... y sé por donde acecha tú mirada por donde apunta tu camino entiendo tú adorno de inevitable y hasta el faz de sino proyectado ante mi. Pero... Yo conozco el cielo y el infierno tus pasos y mi pensar entiendo que no existe el tiempo y entonces... y solo entonces... sonrio... tú venciste x la fuerza yo sobrevivo por la razón.
Preludio de infinitos versos... epílogo de intensos vacíos.
por: Jerry Lynch Solis.